La cantidad de melanina y su distribución es lo que determina los tonos de la piel. Las mujeres negras, cuya piel puede ser de colores ébano, ocre, con tinte anaranjado, gris, malva producen mayor cantidad de melanina que las caucásicas. Tienen una gran capacidad de absorber los rayos solares y al mismo tiempo se caracterizan por la fluidez de sebo. Como cualquier otro tipo de piel requiere cuidado, buena hidratación, higiene y nutrición.
Desde el punto de vista del maquillaje existen muchos puntos en común con la piel caucásica; unas y otras buscan personalizar el modo de aplicación de los cosméticos y consideran el matriz de la piel, la separación de los ojos, el ancho y la altura de los pómulos, la forma de las cejas y el grosor de los labios. Por esta razón, muchas de las técnicas que se han resumido en las páginas anteriores pueden ser utilizadas para pieles negras.
La base perfecta
La selección de la base debe acompañar su tono natural. Los polvos deben aplicarse con un pincel grueso y de la manera más ligera y tenue posible para evitar sobrecargar el rostro y producir una sensación de máscara. Difuminarlos es muy importante porque así puede asegurar su efecto fresco y natural. Los tonos claros y transparentes son los más apropiados, porque cumplen la función de atenuar los brillos sin opacar la cara y aportan luminosidad.
El rubor, un buen complemento
Como en el caso de las caucásicas, su tono debe ser lo más cercano al natural. Elija, entonces, coloraciones parecidas a las que observa en sus mejillas cuando hace ejercicio o se ruboriza. Los profesionales abogan por el rojo ocre, el rosa más bien oscuro y los marrones con un matiz rojo o anaranjado. De igual forma recomiendan evitar los colores rosa muy claros y los naranja muy fuertes.
Una mirada expresiva
Los ojos son un elemento muy importante en el conjunto del rostro y conviene resaltarlos sin exageración. Los expertos en maquillaje usan con confianza los tonos cálidos porque ayudan a dar luminosidad, también las sombras ciruelas, rojizas e, incluso, azules. Los tonos muy profundos, por ejemplo, el gris tienden a endurecen la expresión.
La forma de los ojos determina el maquillaje. Sin embargo, podemos decir de manera general que los lápices delineadores de color negro sobre el párpado se ven estupendos. Deben aplicarse sin abusar, prefiriendo líneas delgadas antes que gruesas, ya pasadas de moda.
Un discreto, pero efectivo, toque a los labios
El contorno de los labios se debe delinear utilizando lápices o brochas con tonos parecidos al labial. En caso de que prefiera un color diferente al pintalabios, entonces inclínese por los tonos chocolate o rojo muy oscuro. Los brillos le darán luminosidad y sensualidad.
El color del labial conviene elegirlo entre las gamas de los rosados, naranjas y morados. Es mejor que sean de consistencia ligera y cubrirlos o darles pequeños toques de brillo. Recuerde que lo más importante cuando se maquille es tener en mente lograr un efecto natural y muy luminoso.
