En las paredes de las venas se van depositando toxinas y residuos productos por el metabolismo celular. Estos depósitos estrechan las venas, y los músculos no son capaces de realizar correctamente la operación del bombeo para que la sangre retome al corazón. Por ello, las válvulas comienzan a fallar y las venas a abultarse, dando origen a las antiestéticas várices.
Una buena higiene es el mejor tratamiento para las várices, sobre todo si se tiene antecedentes familiares varicosos. Es indispensable practicar gimnasia, realizar algún deporte o empezar a tomar clases de danza, subir las escaleras a pie y pasear en bicicleta frecuentemente.
Cualquier ejercicio es bueno con tal de no permanecer mucho tiempo de pie o sentado, pero el más recomendado es la natación. Las duchas de agua fría, las corrientes de agua a temperaturas alternas y los burbujeantes “Jacuzzi” dilatan y fortalecen las venas favoreciendo la circulación. Nunca use prendas demasiado ajustadas porque pueden oprimir o poner alún obstáculo al flujo sanguíneo. La dieta también es básica, se deben evitar las grasas de origen animal, el azúcar refinado y las frituras. Además, es importantísimo aumentar el consumo diario de verduras y frutas secas.
Las várices graves se extirpan con una operación quirúrgica específica. Para los casos más leves, algunos centros de estética llevan a cabo tratamientos por medio de la inyección de sustancias esclerosantes que frenan de forma radical este complicado proceso varicoso pero siempre es mucho mejor consultar con el especialista respectivo..