La importancia de la autoestima femenina se ha visto un poco afectada por la sociedad machista que nos ha rodeado toda la vida, con esto me refiero a comentarios inadecuados y actitudes inapropiadas de algunos hombres con respecto a nosotras; encasillarnos en labores, en quién debemos ser y cómo debemos actuar. Nosotras solemos ser un poco más sensibles que los hombres y eso también afecta un poco cómo nos proyectamos ante el mundo.
En la antigüedad ser mujer significaba ser obediente, dependiente, el sexo más débil, madre y sólo debía dedicarse a labores domésticas y aunque la época ha cambiado, no todos los hombres y mujeres se han desprendido de ese pensamiento.
La crianza de los padres influye mucho en la importancia de la autoestima de los hijos, y en el caso de la mujer por ejemplo, se presenta de esta manera:
Si la hija ve a la madre débil, obediente, dependiente del padre, con miedos hacia la vida, al futuro y al qué dirán le demuestra a su hija un equivocado rol. Si el padre es machista y demuestra que la mujer siempre es la débil, que se rige a lo que le diga el marido, que sólo nació para ser esposa, madre y ama de casa está inculcándole a su hija ese pensamiento que la seguirá durante toda su vida y no le permitirá ser lo que realmente quiera ser.
Por mucho tiempo se ha creído que el único rol de nosotras consiste en casarnos y en ser madres, pero si decidimos otra cosa en nuestra vida como no querer tener hijos automáticamente piensan que algo malo ocurre con nosotras y eso no es así, si crees que de verdad ser mujer es tener hijos o casarte tu autoestima está baja y necesitas creer más en ti. Cada mujer decide qué quiere ser. La autoestima no nace en nuestro interior, nace de las situaciones que se nos va presentando en la vida.
Todas las personas necesitamos sentirnos seguras de nosotros mismos, ser amados y aceptados, tener la capacidad de decidir, que fomenten nuestras capacidades y que no nos digan que no podemos hacer tal cosa por ser mujeres o por ser hombres.
Jane Austen escribió un libro en el que la protagonista (Lizzie Bennet) era una joven independiente que no creía que la solución de todos sus problemas era casarse (Orgullo y Prejuicio), Louisa May Alcott escribió Mujercitas donde Jo March es una joven de espíritu libre que desea ser escritora y conocer el mundo. Ambos libros no son del siglo XX ni XXI y aun así muestran a jóvenes diferentes y totalmente autónomas. En la actualidad sigues escribiendo de mujeres con personalidades fuertes; Hermione Granger (Harry Potter), Katniss Everdeen (Los Juegos del Hambre), Éowyn (El Señor de los Anillos), y Doña Bárbara, entre otras…
Si quieres mejorar tu autoestima, primero debes dejar de creer en la las ideas preconcebidas que tienen sobre nosotras, ser mujer no es una etiqueta y no decide nuestro destino. Concéntrate en otras cosas además de cómo luces físicamente; enfócate en tu inteligencia, en tu personalidad, y en qué quieres lograr.
Por: Anyarit Peralta/entrebellas