La mente se ejercita para recordar los pasos, el oído para seguir el compás y el cuerpo para ejecutar los movimientos, mientras que la música aporta sus bondades psicológicas a ritmo de bulerías, fandangos o tanguillos, señala.
Con la flamencoterapia también se da a conocer el arte flamenco y los diversos sentimientos que se transmiten con el canto y el baile.

