El enoturismo es también conocido como el turismo enológico, turismo que se dedica a potenciar y gestionar la riqueza vitivinícola de una zona determinada.
Este tipo de turismo se relaciona también con el turismo gastronómico, el turismo del arte, el turismo de la cultura, de la arquitectura, de la salud y la belleza, aunque este concepto es válido, el enoturismo es más conocido por ser el turismo del vino donde se visita las bodegas y la zona vitícola.
Este turismo se dedica a las actividades relacionadas con el vino y el proceso de su elaboración y crianza y tiene como objetivo promocionar las zonas vitivinícolas de aquellos países que producen esta famosa bebida. El enoturismo existe desde hace mucho tiempo, aún no es muy conocido y muchas personas no saben de qué se trata.
El enoturismo logra que entremos en contacto con la naturaleza y de ver de cerca cómo se logra crear una de las bebidas más famosas del mundo como lo es el vino. Esta actividad no es una característica común en los viajeros que tengan bajo presupuesto, lamentablemente, pero para aquellos que tengan un poco más a la hora de viajar pueden disfrutar de:
- Realizar las rutas del vino.
- Visitar con un guía las bodegas.
- Conocer cómo se prepara el vino, su elaboración y crianza.
- Cata diferentes de vinos.
- Paseo por los viñedos.
- Cosecha y poda de la vid.
- Entre otras actividades.
En muchos países se practica el enoturismo, como en los países donde tienen los vinos más famosos y realizan las rutas del vino, estos países son: Uruguay, Argentina, Chile, México, Italia, España, Australia, Francia, Portugal, Estados Unidos, entre otros. Para los fanáticos de esta bebida, la experiencia les resulta fascinante.
En algunas visitas se obsequia al visitante una degustación de vino.
Estas actividades forman parte de la historia cultural, social, económica y ambiental de las regiones donde se desarrolla, cabe destacar que el enoturista tiene grandes conocimientos sobre el vino, aprecia el sabor de los diferentes vinos, el olor de las bodegas, las maneras de coger una copa, catar o aprender a catar vinos, la vista de los viñedos, de las barricadas en las bodegas, incluso como suena el descorchar una botella de vino, por eso es un arte que debería ser mucho más apreciado y se intenta en estas visitas turísticas.