Son el resultado de un virus y suelen ser contagiosas. Son abultamientos rugosos que, a veces, derivan de una hiperfunción de la capa córnea de la piel.
Pueden extirparse químicamente con sustancias abrasivas, que forman parte de pomadas o lociones recetadas por el médico. La electricidad se utiliza siempre que el especialista considere necesario cauterizar la raíz. Las verrugas pueden desaparecer solas con el simple paso del tiempo.