La materia prima de la Talasoterapia, el agua que proviene directamente del mar, cuenta con unas propiedades exclusivas entre las que se hallan la salinidad, su movimiento y su densidad. Todos esos factores favorecen a que el agua componga por sí misma un recurso estético y terapéutico excelente para aprovechar durante las vacaciones.

El mar es saludable y logra curar. La razón es tanto química como física: la mineralización del agua la vuelve una encantadora aliada de la salud, y sus propiedades físicas hacen otro tanto. Un cuerpo de 80 kilogramos de peso sumergido en el mar pesa simplemente 8 debido a la elevada densidad del agua marina.

Gracias a este efecto se logra mejor inestabilidad articular y un aumento a potencia muscular. La inmersión en el agua fría causa en un primer instante un reflejo destemplado de vasoconstricción; el cuerpo se palidece y se enfría; a su vez, en el interior del organismo se origina la dilatación vascular que da lugar a un escalofrió inicial al que le acontece una sensación de bienestar.

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