La base de maquillaje es uno de los cosméticos que más contribuyen a tu buen aspecto. Es como el lienzo sobre el que pintar, además cubre imperfecciones, proporcionando un acabado liso y aterciopelado y te protege frente al medio ambiente.
Las bases pueden ser un poco difíciles de usar, especialmente si la necesitas en el día a día para cubrir las arrugas, la piel con manchas, granos, imperfecciones.
Siempre que vayas aplicarte la base tu cara debe estar limpia, exfoliada e hidratada.Elige el tono que armonice con lo claro u oscuro de tu cutis, que se adapten mejor al matiz de fondo de tu piel.
Se recomienda una base con matices amarillos será la mejor para la piel de color beige y para la piel marrón o melocotón, matices de color naranja.
Es importantísimo que uses la consistencia de base adecuada para tu piel porque cada uno tiene una textura de piel diferente y cada consistencia funciona diferente también. Si tienes piel seca, usa una base hidratante. Si tu piel es grasosa, usa una base mate con propiedades que bloquean lo graso. Si lo que buscas es disimular finas líneas, usa una base traslucida y si necesitas esconder cicatrices y quemaduras, usa una cremosa y muy pigmentada que te ayude a camuflarlas.
Al momento de aplicarte tu base puedes usar los dedos, una esponja y con un pincel para base. Si optas por la esponja seca funciona con bases de polvo, ya que absorberá el exceso y da una cobertura nítida y suave. Y si es una esponja húmeda es ideal para bases cremosas, cuando quieres difundir un poco el color.
Si te plicas la base con un pincel es bueno para áreas específicas, como la barbilla o los lados de la nariz. Y las yemas de los dedos funcionan con bases liquidas, cremosas o de gel, pero no con polvos.